npm, Yarn y pnpm: ¿Cuál elegir?
Artículo publicado el 14/12/2025 por Marc Galindo.
Desde que Node.js llegó a nuestras vidas, existe el eterno debate. npm, Yarn y pnpm persiguen exactamente el mismo objetivo: gestionar dependencias. Sin embargo, lo hacen de formas muy distintas, y esas diferencias tienen mucha importancia en proyectos medianos o grandes.
En este artículo, no te voy a hablar de cuál es mejor en abstracto, ni tampoco pretendo que sea la habitual comparativa con la que terminas igual que cuando empezaste a leer. Hoy vamos a darle la vuelta la tortilla y vamos a enfocarlo de una manera muy específica: qué problemas te va a ayudar a evitar uno u otro gestor.
Sí, sé que es un enfoque poco común, pero de verdad creo que es interesante este punto de vista porque así podrás tomar una decisión que, a largo plazo, te traerá menos quebraderos de cabeza. Ese es el objetivo.
Vamos por partes.
El punto de partida: todos hacen lo mismo, pero no igual
Sé que he dicho que no voy a hacer una comparativa, pero es inevitable hablar de los aspectos comunes. Todos los gestores permiten lo siguiente:
- Instalar dependencias
- Resolver versiones
- Ejecutar scripts
- Trabajar con workspaces
Ahora bien, la diferencia no está en el qué, sino en el cómo, y ese “cómo” impacta directamente en:
- Tiempos de instalación
- Uso de disco
- Mantenibilidad en equipos grandes
npm: el estándar de facto
Dado que npm viene con Node.js, juega con ventaja. Es, sencillamente, el que todo el mundo conoce. No hay fricción de entrada, porque no tienes que hacer absolutamente nada para empezar a usarlo, salvo instalar Node.js.
El hecho de que sea el más común también se traduce en que tiene un ecosistema gigantesco. Además, en la enorme mayoría de Blogs, tutoriales y documentación, te vas a encontrar prácticamente de forma exclusiva los ejemplos de código con la sintaxis de npm. Apuesto a que ya has visto miles de veces npm install, npm run, npm i, etc.
Sin embargo, todo el mundo sabe que las instalaciones de npm son más lentas en proyectos grandes y que el uso de disco es muy ineficiente. Esto se debe, principalmente, a que npm no tiene en cuenta que puede haber dependencias que se utilizan sin estar declaradas explícitamente, comúnmente conocidas como dependencias “fantasma”.
Mi conclusión a lo largo de los años es que npm cumple bien para proyectos pequeños o sencillos, pero si la idea es que el proyecto escale, entonces me parece una mala decisión optar por este gestor.
Yarn: el intento de corregir npm
Yarn nació para mejorar el rendimiento, y lo consiguió… pero a un precio. Básicamente, Yarn intenta resolver dependencias de forma más eficiente que npm, pero para ello introduce un sistema de “capas” que puede ser confuso para equipos no acostumbrados.
Con esto, logran que las instalaciones sean más rápidas que npm y que los lockfiles sean más estrictos. Sin embargo, añade una complejidad adicional que puede ser innecesaria y motivo de rechazo en equipos grandes. Existe una curva de aprendizaje mayor que en npm.
Esto no lo convierte en mala opción, pero sí en una que exige un contexto muy concreto.
Mi experiencia con Yarn es la menos dilatada, ya que lo considero un gestor potente, pero no me compensó la complejidad mental que introduce, al menos para proyectos personales.
pnpm: eficiencia como principio
pnpm parte de una premisa clara: no tiene sentido duplicar lo que ya existe. Lo que hace distinto a pnpm es precisamente su arquitectura basado en el almacenamiento global y el uso de hard links en lugar de copias. Esto permite que puedas reutilizar paquetes que ya estén instalados en el sistema, lo que reduce la cantidad de espacio ocupado en disco. En efecto, viene a solucionar uno de los mayores problemas de npm.
Esto, por lo tanto, permite instalaciones más rápidas y un ahorro significativo de disco. Yo lo he notado especialmente en proyectos pequeños y medianos, donde pude detectar rápidamente que mi disco se estaba llenando si utilizaba npm con apenas una decena de proyectos. Al cambiar a pnpm, me he olvidado por completo de la preocupación por el espacio en disco. Así de simple.
Para los amantes de las comparativas
Si habéis llegado hasta aquí y todavía tenéis dudas, os voy a dar una comparativa rápida para que no os podáis quejar.
- Rendimiento: pnpm gana, especialmente en reinstalaciones y monorepos.
- Uso de disco: pnpm no tiene rival cuando trabajas con varios proyectos o repositorios grandes.
- Gestión de dependencias: pnpm te obliga a declarar lo que usas. Menos magia; menos bugs ocultos.
- Experiencia de equipo: npm es el más simple. pnpm es familiar para cualquiera que venga de npm. Yarn puede ser más complejo según su configuración.
¿Y los monorepos?
Aquí pnpm brilla. Ofrece soporte nativo, filtros por proyecto, ejecución selectiva de scripts y una gestión de dependencias que escala sin volverse caótica. En empresas o equipos grandes, esto no es un “nice to have”: es una necesidad.
Mis preferencias
Sin rodeos, este es mi criterio personal:
- npm: primeros pasos, proyectos pequeños, equipos junior, guías y tutoriales… Gana por simplicidad.
- Yarn: equipos que ya estén trabajando con su ecosistema por herencia.
- pnpm: proyectos medianos o grandes, monorepos, enfoque en rendimiento, eficiencia y fiabilidad.
Para decirlo de otro modo, si hoy tuviera que aprender a trabajar con Node.js desde cero, o estoy trabajando con un ordenador que voy a tener durante poco tiempo, no me voy a complicar la vida: instalo Node.js y me olvido, ya que npm viene incluido.
Ahora bien, si ya he trabajado en algunos proyectos con npm, estoy familiarizado y empiezo a acumular repositorios que a su vez, están escalando, es el momento de pensar en cambiar de gestor. Solo elegiría Yarn si trabajo en un equipo que ya lo está utilizando. Sino, me iría de cabeza a pnpm.
No es una cuestión de moda: es eficiencia y, como comentaba al principio del artículo, evitar problemas. Y en proyectos que van a vivir años, eso importa más de lo que parece.